jueves, 23 de julio de 2009

Album Basuritas - Chile

Basuritas

Historia

La historia de Basuritas comienza mucho tiempo antes de lo que muchos creen. Desde el año 1967 y hasta 1991 la firma norteamericana Topps lanzó periódicamente al mercado las Wacky Packages, unas tarjetas que parodiaban las envolturas de los objetos de moda en los Estados Unidos.

En 1985, durante una de estas series "My First Garbage Pail Kids", uno de los dibujantes de la firma, John Pound, creó una tarjeta que parodiaba a las muñecas Cabbage Patch Kids , que representaban a las típicas niñas bien de los Estados Unidos. El éxito fue tal que rápidamente desde Topps comenzaron a trabajar para una serie exclusiva con tarjetas de este estilo llamada Garbagge Pail Kids.

La popularidad de estas figuritas fue abrumadora, tal es así que sólo entre 1986 y 1989 se produjeron 15 colecciones con un total de 622 figuritas más una serie B, con la cual el total de cromos llegó a superar las 1200.

El éxito parecía no tener fin, pero los creadores de las Cabbage Patch Kids parodiadas le iniciaron y ganaron un juicio a Topps, lo cual motivó una estrepitosa caída económica para la empresa y la prohibición, ya desde la 10° colección, de producir las auténticas GKP. Las modificaciones introducidas en las nuevas figuritas no llegaron a ser más que mediocres imitaciones de sus populares antecesoras y las ventas cayeron, lo cual sumado a la debacle financiera producida por la pérdida del juicio, hizo que en 1989 las GKP dejaran de salir a la calle de manera tan abrupta como habían comenzado.

Pero ese año ´89 del ocaso terminal de las GPK en los Estados Unidos fue el de su nacimiento en la Argentina. La firma Stani, a través de la empresa Aladino, creó las Basuritas, que eran una copia fiel de las originales GPK. El inmediato y rotundo éxito de esta serie produjo que al año próximo Stani, una firma dedicada principalmente a las golosinas, se asociara con UltraFigus, de enorme trayectoria en el rubro de figuritas, para lanzar la segunda serie mejorando más aún el producto, pero esta unión duró poco ya que, por problemas con la licencia, Stani decidió separarse de UltraFigus ni bien la serie 2 salió a la venta. A los pocos años, a mediados de la década del ´90 y sin el mismo éxito que las anteriores, salieron a la venta las Basuritas del Cuerpo, producidas en la provincia cuyana de San Juan.

En el año 1999 aparecieron las Basuritas & Monsters creadas por Bustin Cards. Este relanzamiento vino acompañado de varias novedades, el diseño de los paquetes y del álbum, creados en Chile, se optimizó, y a las ya conocidas Basuritas se le agregaron los Monsters, que provenían de otra serie que no tenía ninguna relación anterior con las Basuritas. Con la primera reedición de esta serie se modificó el color de los paquetes y del álbum (en la primera el fondo era amarillo y en la segunda multicolor) y en la segunda reedición, en el año 2000, nuevamente se cambió el color, comenzando a utilizarse el rojo. Las reediciones trajeron aparejadas también nuevas figuritas que había que colocar en un suplemento del álbum, acrecentando el número, de las 144 de la primera serie se llegó a las 189 de las reediciones. Estas nuevas figuritas eran hologramas de cartón y no simples figuritas de papel como las de la primera serie. Cada paquete traía un holograma y cuatro figuritas comunes.

Actualmente, el mundo de Basuritas continúa sumando nuevas noticias, este 2003 nos regaló la reciente aparición de las Basuritas 2 con paquetes azules y verdes. En líneas generales, esta última edición hace confluir algunas novedades con una selección de las antiguas ediciones.

Pero la Argentina no fue el único país que recibió con los brazos abiertos la idea concebida en Norteamérica: Alemania, Israel, Francia, Italia, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Inglaterra y Palestina han editado producciones regionales basadas en las viejas, y hoy ya grandes hitos del trading card, Garbagge Pail Kids.

pablopersico

Basuritas, ilegal

Una mañana de 1989, las oficinas de Salo amanecieron en toma. Pancartas de colores, voces chillonas y cotonas con cintas de colores en cada brazo. Revolución pingüina, con alumnos que aún cruzaban la calle de la mano con las tías.

Habla Iván Cardemil, en aquella época director de arte de Salo: "Era un curso completo de primero básico junto a sus profesoras. Todos portaban pancartas que decían ‘No a Basuritas’ y exigían que retiráramos el álbum", recuerda. "El tema es que los niños eran tan pequeños, que difícilmente podían saber de qué estaban hablando".

Este fue el capítulo más extremo de la guerra que los colegios privados declararon a "Basuritas", durante los tres meses que estuvo en los kioscos. Una que incluyó prohibición del álbum y persecuciones a todo aquel que lo tuviera.

"En mi colegio se enviaron circulares a los papás para que no lo compraran. Decían que atentaba contra la moral y los valores cristianos", recuerda Jorge Gutierrez (28), por aquel entonces alumno de quinto básico del colegio Verbo Divino. "Pero la mayoría lo coleccionaba a escondidas. En los recreos, para cambiar láminas teníamos que escondernos como si estuviéramos traficando droga. Si nos pillaban, nos llevaban a inspectoría y no volvíamos a ver el álbum".

Matías Bakit (24) prefirió ser clandestino. Como su familia le prohibió tenerlo, hizo una alianza con un compañero del barrio para esconderlo en su casa. "Era la única forma. Yo estaba en el Sagrado Corazones de San Bernardo, y Basuritas era casi un sacrilegio. Para ver las láminas, teníamos que caminar hacia un patio alejado de todo. Y ahí nos quedábamos durante toda la hora de almuerzo".

Franco Iovi (22) fue uno de los que cayó en el intento. Después de convencer a su papá que se lo comprara, logró conservarlo varias semanas a escondidas. Hasta que su mamá lo descubrió. "Lo botó a la basura con la excusa de que los monstruos incitaban a ser despectivo con las personas. Yo diría que ahí empezó otro problema mayor: cuando el colegio se dividió entre los que tenían Basuritas y los que no".

Franco cursaba primero básico en el Saint George’s y recuerda que fue el primero en llegar con Basuritas bajo el brazo. "Me transformé en un ídolo de inmediato. En vez de personajes asexuados de Disney, eran monos vomitados, con caspa, sangre y mocos. Y como los profesores lo detestaban, tenerlo era lo más rudo del mundo".

Poco a poco, el álbum fue ganando popularidad hasta que la mayoría empezó a coleccionarlo. De ahí a la discriminación, un paso. "Era la ley del más fuerte. A los que no los dejaban tenerlo, eran los losers y blancos de todas las bromas", cuenta Franco.

Uno de ellos fue el propio Matías Bakit. Todo por culpa del personaje Matías Queroso, uno de los más populares y repulsivos. "Las bromas duraron como un año. Para peor, era el único del curso que se llamaba como algún basurita. Y justo me tocó el más rancio", recuerda avergonzado.

Para Cardemil, el principal problema lo causó la serie de láminas que estereotipaban a los mecánicos, conductores de micro y profesores. "Llegaron muchas cartas de gremios ofendidos por los textos. Fue ahí cuando toda la popularidad obtenida se nos volvió en contra".

A las pocas semanas de salir a la venta, Basuritas sufrió un bloqueo que incluyó la prohibición a todo quiosco cercano a un colegio privado de venderlo.

"Al ser declarado ilegal, se volvió aún más deseable", recuerda Franco. "No se trataba solamente de tener un álbum, sino de ir en masa contra las reglas de los papás y el colegio. La excusa para pasarlo bien sintiéndote rebelde", agrega Jorge.

Un levantamiento infantil al más puro estilo del Señor de las moscas que generó opiniones desmedidas por lo fanáticas. La más inolvidable de todas apareció en la edición de octubre del 1989 de la revista Qué Pasa. Rodrigo Infante, por entonces director del colegio Apoquindo, llegó a decir que Basuritas buscaba "destruir los valores de la sociedad occidental y la familia".

Hoy Infante ejerce en una consultora y recuerda vagamente el tema. "Lo que sí recuerdo es que nos juntamos varios de los directores de colegios del sector oriente y concordamos en que teníamos que prohibir ese álbum. Yo actué como el vocero oficial. Ahora, cuando releo la cita me parece un poco exagerada, pero siempre estuve por defender el valor de la familia".

Menos mal que no ha visto Southpark.

Bloqueado y censurado, Basuritas agotó stock a los tres meses. A la hora de cobrar los premios, los pocos que completaron el álbum podían sentirse verdaderos héroes. "Pese a todos los problemas, Basuritas dejó muchas ganancias", afirma Cardemil. "Incluso, después hicimos un alargue, sacando pósters gigantes de los monstruos. Y, obvio, los niños los canjearon todos".

Guillermo Tupper

Galería



Información General
Fabricante
Bellavista 044
Santiago
Chile
Año de Lanzamiento1999
Cantidad de Series lanzadas1
Números de las Láminas1-150
Cantidad de Láminas para completar un set numérico150
Cantidad de Variaciones de Láminas0
Letras de las Láminas Especiales
A-N, Ñ, and O-W
Cantidad de Láminas Especiales para completar un set alfabético24
Cantidad de Variaciones de Láminas Especiales
72
Cantidad de Láminas Especiales para completar un set de variaciones96
Cantidad de diferentes Cupones
4
Cantidad de diferentes Láminas Comodines1
Cantidad de diferentes láminas "Los Niños Tambien Votan"9* (tal vez mas)
Cantidad de diferentes láminas "Pién Salo Y Actúa" (Excluyendo variaciones)63* (tal vez mas)
Cantidad de diferentes variaciones de láminas "Pién Salo Y Actúa"2* (tal vez mas)
Cantidad de diferentes láminas "Salomanía"5
Cantidad total de tipos de envoltorios1
Dimensión de las Láminas (Pulgadas)2.75 x 2.25 x 1/96
Dimensión de las Láminas (Milímetros)69.85 x 57.15 x 0.265
Cantidad de paquetes por caja completa50
Cantidad de Ítemes por paquete3-5
Section Last UpdatedSeptember 26, 2007

1 comentario:

Batfrioenigma@gmail.com dijo...

Gracias máster por la información y los bellos recuerdos que me traen estos album aún los tengo saludos

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